Acabo de volver de pasar unos días junto a mis padres en este fantástico hotel en el que desde que entras en la recepción ya sabes que has elegido bien. La amabilidad en el recibimiento hace presagiar lo bueno que te espera, un hotel que tiene sus 4 estrellas muy bien merecidas por sus instalaciones, por su personal, su comida y, como no, su maravilloso Spa.
Su ubicación junto a las salinas permiten disfrutar de atardeceres maravillosos y las playas cercanas (a las que te llevan con el servicio de autobuses del propio hotel) son de auténtico Caribe pero en nuestro Mediterráneo, son simplemente preciosas, de aguas cristalinas y arena fina.
Nos tocó en el bloque 3, con suerte para nosotros porque está a mitad de camino, entre el edificio central en el que están la recepción, el comedor, el bar y la sala de espectáculos, justo enfrente al recinto de piscinas de adultos con jacuzzi y bar en el agua, todo ello junto al bar-restaurante de la piscina y para rematar nuestra buena ubicación cerca del Spa, pero desde luego aunque te toque algo más lejos, el paseo por sus jardines con senderos muy bien cuidados y limpios, quitarán importancia a la distancia que has de recorrer.
Las habitaciones son espaciosas con terraza que, en nuestro caso, daba al jardín. Dispones de espacio suficiente para guardar todas tus cosas tanto en el armario como varios cajones. En el baño te dejan un neceser con lo necesario para el aseo personal y las toallas te las cambian a diario si lo necesitas pero no las sábanas (algo malo tenía que decir, varios días con el almohadón manchado y hasta que no me quejé no me lo cambiaron).
La comida es variada tanto en el desayuno, en el que tienes bollería, cocina fría y caliente y todo tipo de frutas, como en las cenas con cocina fría y caliente aunque quizás es un poco repetitiva, es un punto que deberían mejorar, eso y que si el horario de cenas es hasta las 22:00 horas no es lógico que a esa hora ya estén recogiendo porque pueden haber clientes que entren cerca de esa hora y esos se quedan sin cenar. No fue nuestro caso pero sí el de otros clientes. Las bebidas no están incluidas en las comidas y me parecieron algo caras, una botella de vino cosechero y un agua 20 euros€ me parece algo excesivo, teniendo en cuenta lo que ya has pagado por alojarte aquí, por el contrario comer en el bar de la piscina resultaba bastante asequible.
En cuanto al spa, habiendo estado en septiembre, cuando el agua de las piscinas exteriores ya está algo fría, ha sido nuestro lugar favorito, largos baños de relax y luego a disfrutar del solecito en sus terrazas llenas de tumbonas.
El personal, no doy nombres para no dejarme a nadie, es algo que da un valor añadido a todo lo demás, amables, atentos y siempre pendientes a tus necesidades, tanto en la recepción, comedor, bar de la piscina y que decir del personal de planta, siempre con una sonrisa.
Si viajas con niños, tienen todo un recinto para ellos, y en el spa disponen de horario de familias para que se pueda disfrutar de él con los peques, algo muy bueno para ellos y para los que viajamos sin niños, que esquivando ese horario no tienes la molestia de los niños a tu alrededor.
Un lugar muy recomendable
positivo:
Su ubicación y sus intalaciones.
negativo:
Las bebidas no incluídas en el menú y algo caras.